En Hamkke lo tenemos claro: una empresa no es sostenible porque recicle, sino porque su modelo de negocio está diseñado para perdurar, generar valor y evolucionar con el entorno. Y eso solo se logra desde la estrategia.
Durante el Bootcamp de Sostenibilidad, acompañamos a empresas grandes, medianas y pequeñas de sectores diversos —alimentos, químicos, cosmética, tecnología, industria— con un mensaje claro: la sostenibilidad no es un área, es una manera de decidir:
De lo ambiental a lo estratégico
Durante años, la sostenibilidad fue vista como un tema ambiental, filantrópico o de reputación.
Pero hoy, el entorno exige mucho más. Las empresas que prosperan integran la sostenibilidad a su core estratégico:
Definen un propósito claro que guía decisiones.
Identifican sus impactos y oportunidades en toda la cadena de valor.
Priorizaron inversiones sostenibles con retorno económico y social.
Marcos como los ODS, ESG, IR Framework, SDG Impact Standards, GRI o SASB coinciden en lo esencial: no se trata solo de reportar, sino de transformar la forma en que se genera valor.
Lo que no se mide, no se gestiona (ni se sostiene)
Una empresa puede tener iniciativas valiosas, pero si no mide su impacto real, se queda en narrativa. Por eso diseñamos una batería de indicadores estratégicos de sostenibilidad, aplicables sin importar el tamaño o sector:
Margen de utilidad real ajustado por impacto: mide la rentabilidad verdadera incluyendo impactos sociales y ambientales.
% de ingresos sostenibles: identifica cuánto del portafolio genera valor ambiental o social positivo.
ROIC sobre CAPEX sostenible: evalúa el retorno económico de inversiones sostenibles.
Relación entre rotación y bienestar: conecta la gestión del talento con eficiencia y cultura.
Productividad por clima organizacional: integra el estado del equipo con el desempeño del negocio.
Estos indicadores no solo sirven para reportes, sirven para decidir mejor.
¿Y esto cómo se ve en la práctica?
En una de nuestras masterclass, presentamos el caso de una empresa del sector manufacturero que, tras identificar su línea base, priorizó inversiones sostenibles:
Redujo su rotación de personal de 25% a 14% en un año.
Mejoró el clima organizacional (de 68/100 a 81/100).
Eliminó líneas no rentables y fortaleció productos con atributos sostenibles.
Logró un ROIC sostenible del 68% sobre su inversión en CAPEX estratégico.
Lo sostenible no es filantrópico. Es rentable.
Hemos acompañado organizaciones que entendieron que invertir en sostenibilidad no es un costo. Es una decisión de posicionamiento, eficiencia, atracción de talento, innovación y resiliencia.
En Hamkke diseñamos junto a las empresas:
Líneas base y mapas de impacto ESG.
Estrategias sostenibles alineadas con los objetivos financieros.
Modelos de inversión con retorno (económico, ambiental y humano).
Reportes con indicadores que hablan el lenguaje del negocio.
¿Qué sigue para tu empresa?
Si tu sostenibilidad está desconectada de la estrategia, está perdiendo potencia.Si tu inversión no está generando retorno, necesitas un modelo nuevo.Si tu equipo no ve el propósito en lo que hace, estás dejando valor sobre la mesa.
👉 En Hamkke te ayudamos a conectar propósito con rentabilidad, estrategia con impacto y decisiones con indicadores reales.
Conversemos. Pongamos en marcha tu sostenibilidad competitiva.